Esas
cosas que te digo, esas que no me guardo, esas que suelto, olvidándome de mis
miedos, despojándome de ellos solo por instantes. Esos instantes, donde te miro
y te veo, realmente te veo y entonces me sonrío, después freno, me reprimo y te
digo que te quiero y que te adoro… Un consuelo, mi consuelo, entre la tormenta
que hay en mi cabeza.
Decisión
o indecisión tuya, me estremece, me descoloca, me confunde y me deja sin
palabras. Esa indecisión que me da miedo, que me aterra, pero al final me gusta
y me atrae. Después de esa inestabilidad
temporal que como vino se fue me queda calma, simplemente calma.
Esas
palabras, que son solo palabras, que decís en tus sueños, que yo pienso en los
míos, que en voz alta se transforman, son reales y representan más que
palabras, es eso, eso que me pasa ya hace un tiempo, que explota en mi pecho,
que me excita, me desarma, me ablanda y así una vez mas… me siento y te siento.
Dentro mío y espero, solo espero que te quedes ahí un tiempo… y te digo que te
quiero y que te adoro, cuando en verdad es mucho más que eso…